Entradas

Evangelio para jóvenes – Domingo 2º del Tiempo Ordinario Ciclo A

Amanezco hoy con un hermano escolapio menos en la comunidad. Se nos ha ido Juan. Ya nos venía avisando en los últimos tiempos que su marcha podía estar próxima y… ha consumado la amenaza. Sus pulmones no han dado para más y está ya con Dios, su Padre, y con Calasanz, cuidando al pueblo desde un lugar mejor. Juan nos deja su testimonio de religioso entregado, comprometido, disponible. Su «ser como Jesucristo» ha dejado en los que le conocimos un fuerte impacto. Juan, que no era dócil como un cordero, supo, sin embargo, sacrificar su vida y darla a los demás, especialmente a los que más lo necesitaron. Escuchemos el Evangelio de hoy [Jn 1, 29-34]:

En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.
Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

Un testigo, Juan Bautista. Tres personas en un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu. Un señalamiento: «ESTE ES». Juan nos presenta a Jesucristo como el Cordero, como aquel que iba a cargar con todos los pecados del mundo e iba a dar su vida para salvarnos a todos. Jesucristo, un cordero dócil, obediente, valiente, humilde, sencillo… que un día sería llevado a la muerte sin levantar la voz para consumar tu salvación y la mía. Te dejo tres pistas:

  • «Este es» – Ni Shakira. Ni Piqué. Ni Messi, ni Cristiano. Ni Elon Musk. Ni Amancio Ortega. Ni Joe Biden, ni Putin, ni Xi Ping. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu esposa o esposa. Ni tu mejor amigo. Ni el cura de tu parroquia. Ni el Papa. Este es: JESUCRISTO. No te despistes. No busques más. No des vueltas. Él es quién ha nacido para estar a tu lado, para caminar contigo, para escucharte, para curar tu dolor, para gozar en tus alegrías, para darte la mano cuando te cueste levantarte, para sostenerte cuando te fallen las fuerzas, para mirar contigo el horizonte de una felicidad para siempre. Este es. No le tengas miedo. Ven a conocerlo. Háblale, Cuéntale lo que te angustia. Pídele lo que necesitas. Llora con él.
  • «Testigos que me han hablado de Él» – ¡Cuántas personas me han ayudado a conocer a Jesús en mi historia! Tal vez es un buen momento de hacer un pequeño repaso de todos aquellos y aquellas que un día me contaron algo sobre Jesús, me hicieron propuestas para encontrarme con Él, me animaron a acercarme a un grupo, a la Iglesia, me enseñaron con su propia vida de qué iba eso del Evangelio… Todos ellos fueron servidores de Dios, profetas, testigos… instrumentos de Dios para que tú estés hoy aquí.
  • «Te toca a ti» – ¿Y tú qué? Hay personas ahí afuera que sólo van a oír hablar de Jesús si el que les hablas eres tú. Hay personas que van a preguntarse en su corazón por el Evangelio, viéndote a ti, observando cómo vives, valorando las decisiones que tomas. Hay personas que pueden sanar su dolor, que pueden saberse perdonadas, que pueden alcanzar la paz… si tú transmites lo que un día recibiste. ¿A qué estás esperando?

Hazme Señor cada día más parecido a Ti: más sencillo, más radical, más auténtico, más esencial en mi fe. Que quién me vea, te vea. Que quién me escuche, te escuche. Que quién necesite tu mano, tenga la mía cerca para agarrarla.

Buen domingo a todos.

Un abrazo fraterno

Santi Casanova

Evangelio para jóvenes – Domingo de la Solemnidad de la Santísima Trinidad

.Este pasado viernes, mi hijo mayor se graduó en Bachillerato. Fue un acto emotivo donde celebrar el camino recorrido y lo que está por venir. Se acaba una etapa y comienza otra preciosa. Y ahí estuvimos la familia entera apoyándole, celebrando a su lado y sintiéndonos orgullosos de él. La familia es el lugar privilegiado para aprender que lo de uno nos afecta a todos y que la vida es más bonita si es compartida. La familia es un circuito abierto donde el amor viaja de manera circular entre todos sus miembros y donde lo que uno necesita hoy, puede darlo a otro mañana. Dios también es familia. Leamos el evangelio de hoy [Jn 16,12-15]:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.

Hoy celebramos la Santísima Trinidad. Eso que nos enseñaron de pequeños de que Dios es uno y tres a la vez no deja de ser un misterio. Pero no nos han enseñado a creer en la Trinidad. Creemos muchos en Jesucristo, en la Virgen, tenemos piedad por los santos o vete tú a saber… pero a la Trinidad la tenemos abandonada. ¡Y es un misterio precioso y un tesoro de nuestra fe, de tu fe! ¡Crees en un Dios-familia, en un Dios-comunidad, en un Dios-amor, en un Dios-comunicación!

  • «Mucha verdad por descubrir» – Jesús es un buen maestro y sabe de que nos cuesta entender algunas cosas. Va poco a poco. Y con cada uno, al ritmo que necesita. Jesús, como buen pedagogo y educador, ofrece atención personalizada. Contigo va a tu ritmo, así que no te apures si hoy todavía no entiendes muchas cosas. Las irás descubriendo. Es importante que te des cuenta de esto: la fe, el descubrimiento de la verdad, es también algo progresivo. Así que modera tu impaciencia, esa que tantas veces te traiciona y te hace sufrir queriendo saberlo todo ya. Pausa. Dios sabe más que tú. Déjale hacer a su manera.
  • «Padre, Hijo y Espíritu» – Lee bien el fragmento del evangelio de hoy. Es muy bonito descubrir la comunicación íntima de las tres personas. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu están comunicados, son familia, comunidad y entre ellos circula la verdad, el amor, la paz. Entre las tres personas nos conducen, nos cuidan, nos guían. Hoy vives en el tiempo del Espíritu. Habla con él, con el Espíritu. Es tal vez lo que muchos de tus amigos pueden entender mejor de nuestro Dios. Cuando muchos hablan de una fuerza, de una energía, de un «algo» en lo que creen… tú puedes hablarles de ese Espíritu que te sostiene a ti, que procede del Padre y del Hijo y que actúa de ancho de banda entre los ellos y entre nosotros.
  • «Si Dios es comunidad…» – ¿Qué haces tú entonces intentando creer solo? ¿Qué haces tú intentando ser cristiano, cristiana, sin una comunidad de fe, sin una comunidad en la que celebrar, sin personas junto a las que crecer, a las que escuchar, a las que mirar, a las que ofrecerte… Si Dios es participación en sí mismo, ¿qué hacen estos cristianos intentando ser islotes en el océano? Piénsalo.

Hace mucho calor. La temperatura sube por momentos. Ojalá tu fe y la mía suban también sus grados, ojalá no nos conformemos con un clima suave y templado. Ojalá participemos del amor trinitario hasta que nuestro corazón arda y dé luz a los que lo necesitan.

Un abrazo fraterno

Santi Casanova