Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos (Sabiduría 2, 23-24; 3, 1-9)

Leer esta frase de Sabiduría inyecta en mi de todo. Es como si me metieran un chute de alegría y de confianza. Me alegro al oirlo. Me siento libre. me siento amado. No es algo cerebral. Me siento así. Esta Palabra es de las que son pilar de mi vida. Cada uno contruye sus vidas sobre unos pilares, todos los tenemos. Es aquello que te sostiene, sobre lo que te haces fuerte, sobre lo que te levantas… Para mi esta confianza en el amor personal de Dios hacia mi es un pilar, algo que si se cae… se viene mucha casa abajo.

¿Qué otros pilares tengo? Seguiré profundizando…

Un abrazo fraterno

Hoy no ha habido oración

Ahora es el primer momento del día en el que puedo tomar algo de conciencia de mi y de Dios. Ha sido un día muy difícil que, creo, he sabido torear adecuadamente. Empezó muy mal y acabó muy bien.

No puedo decir nada de las lecturas de hoy lunes porque no me las he leído. Pero sí he disfrutado del rato de formación de la comunidad hablando de la religión romana. Roma…

Casi no he cogido el móvil porque lo necesitaba. Y estoy contento. Y creo que Dios lo está conmigo. Creo que hoy sonríe por mis esfuerzos y mis luchas, nada comparado con el esfuerzo y las luchas de tantos hombres y mujeres con problemas reales, no como los míos de los que me quejo… En fin… Un lunes menos…

Un abrazo fraterno

LUZ (Lucas 16, 1-8)

Dice el Evangelio que la Luz es menos hábil que la tiniebla o, dicho de otro modo (así lo entendí yo), que el mal es más hábil que el bien. Y posiblemente sea así. Evidentemente cuenta con más recursos, más posibilidades, más margen de actuación y sin duda mucha más popularidad.

Ninguno de nosotros vive para sí mismo (Romanos 14,7-12)

Es evidente que hay gente que vive para sí misma y cuando su mismidad se rompe o se debilita… todo el castillo de naipes se viene abajo. Pablo me recuerda hoy que vivo para otros, que vivo para el Señor. Vivo para otros…

Creo que tengo mucho que mejorar en mi «vivir para otros». En mi matrimonio, por ejemplo, creo que podría poner a Esther antes mucho más de lo que la pongo y hacer por entenderla mucho más y ser mejor descanso para ella. A veces no quiero entender sus necesidades porque tengo en mi mente las mías…

Por otro lado soy capaz de reconocer mi entrega en muchos otros aspectos y a muchos otros prójimos y estoy contento de ello. Porque es por Dios mismo por quien me desvivo y a quien entrego mi tiempo y mis energías aunque a veces no sea consciente de ello.

Y el Evangelio… ayyy… para mañana. Me ha puesto los pelos de punta…

Un abrazo fraterno

Yo mismo lo veré (Job 19,1.23-27a)

Hoy se celebra el día de difuntos. Así es conocido popularmente aunque el significado eclesial de lo que se celebra es bastante lejano. En teoría hoy rezamos por nuestros difuntos que se encuentran en el Purgatorio, para que acaben de purificarse. Y me da la sensación de que no es esa la razón por la que la gente llena los cementerios. Creo, y me parece muy hermoso y muy sabio, que las personas sabemos que nuestros antepasados siguen protegiéndonos desde otro sitio, siguen vivos de algún modo y podemos seguir en relación con ellos. De alguna manera, celebramos que han resucitado ya y que desde esa posición privilegiada nos ayudan, nos protegen e interceden al Padre por los que aquí seguimos.

Es hermoso celebrar hoy que los que han muerto no están muertos, que ellos ya pueden ver a Dios por sí mismos y que allí nos esperan amorosamente.

Un abrazo fraterno

Cuando des un banquete (Lucas 14,12-14)

«Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte

Es brutal la Palabra de Jesús. Brutal. Y hoy me toca y me enseña y me exhorta y me interpela. Porque muchas veces me rodeo de aquellos que me dan la razón, a los que les gusta lo que hago, que me llenan los oídos de piropos y buenas palabras. Sigo sin tener huevos, con perdón, de romper con lo que se espera, con lo establecido… e ir a por el pobre que nada tiene aquí en mi barrio, en Carabanchel. Gracias a Dios vivo en un lugar donde es evidente la carencia, la pobreza de muchos, la necesidad de otros… ahora sólo me falta responder con coraje e invitar al banquete de mi vida a aquellos que nada pueden ofrecerme.

Un abrazo fraterno

Jesús es la piedra angular (Efesios 2, 19-22)

Es preciosa la lectura de la carta a los Efesios de hoy. Preciosa porque me hace partícipe de la construcción de la Iglesia y porque me exhorta a ser una auténtica morada del Padre. ¿Lo soy? ¿Vive el Padre en mi? ¿Lo ven los demás?

Tal vez el éxito de la obra está en tener a Jesús como piedra angular. Mientras Él sea el centro, el edificio se mantiene. Cuando Él deje de estar en el medio, el edificio se derrumbará. Así ha pasado ya con muchos proyectos humanos y eclesiales que perdieron el centro. Elucubraron, teorizaron, desarrollaron teología descuidando al prójimo predilecto, se politizaron, se instrumentalizaron… y se fueron a pique. Yo he conocido movimientos, comunidades, grupos… a los que les pasó. Jesús, Jesús, Jesús… sin perderlo de visto. No hay más.

Un abrazo fraterno

Si Dios está a nuestro favor… (Romanos 8, 31b-39)

Como a las 7 de la tarde recibía una llamada que le daba una muy buena noticia. Ella se lo merece.

Y no puedo dejar de interpretar lo sucedido en clave de Dios porque vivo convencido de que Dios juega a nuestro favor. No bajan sus ángeles del cielo a sacarnos las castañas del fuego ni nos ahorra los sufrimientos que la vida nos depara. Pero sí juega a nuestro favor. Él siempre cumple su promesa: «Buscad el Reino y lo demás se os dará por añadidura».

Y entonces ¿qué tememos? ¿A quién tememos? Respiremos hondo, escuchemos a la voz del Espíritu hablando a través de nuestras intuiciones, de nuestras sensaciones, de nuestras emociones, de nuestro ser profundo… y adelante.

Un abrazo fraterno

Conoce profundamente los corazones (Romanos 8, 26-30)

Hoy tuve una de esas experiencias en las que parece que todo conspira para que las personas estemos allí donde tenemos que estar y donde, desde lo más profundo del corazón, queremos estar. Nada es por casualidad. Nadie me conoce mejor que Aquel que me ha creado y yo creo firmemente, mirando atrás en mi vida, que aquello que mi corazón iba anhelando se me iba presentando como oportunidad.

Dios sabe quién soy y conoce por qué camino debo transitar para alcanzar la felicidad y darle gloria. Por eso no gasto demasiado tiempo en pedir y en elevar mis inquietudes al Padre. Sé que Él ya está al tanto. Y también sé que pone de su parte para que las cosas «salgan».

Un abrazo fraterno