Valkiria de David Lozano. #LecturaRecomendada

Acabo de terminar de leer el libro de David Lozano «Valkiria, Game over». Lo comencé ayer y no he podido parar de leer hasta que esta mañana he llegado al final. Me enganchó de una manera bruta desde el primer minuto. Me parece una lectura magnífica para cualquier edad pero ciertamente es una opción magnífica para nuestros jóvenes de Bachillerato y comienzos de Universidad.

  • La trama me parece brillante y original y excepcionalmente llevada por parte del autor, que te tiene en vilo prácticamente hasta el final. Una historia muy actual donde las redes sociales, los videojuegos, los seguidores, los estados, los muros, los ordenadores y los smartphones son parte esencial del tejido que David Lozano crea en un escenario tan sugerente como un campus universitario.
  • Me gusta la naturalidad con la que los personajes aparecen manejando sus perfiles de instagram, de facebook, de twitter, de snapchat… Pero, a la vez, hay aspectos muy buenos que permiten trabajar luego con los chavales. La privacidad, lo que supone subir fotos o datos a internet, la vocación pública de la red, la pérdida de control de lo que sube, las amistades en las redes y su veracidad y fiabilidad, etc. Creo que se puede hacer un buen análisis gracias a lo que el libro nos pone delante.
  • También la historia nos da la posibilidad de hablar de las relaciones de pareja, gracias a las relaciones que se entrecruzan entre los protagonistas. Cuáles son las bases de una relación sana, que funcione, y cuáles son los peligros que la acechan. Lo mismo sucede con la amistad y con la diferencia que existe entre nuestros amigos de verdad y aquellos que sólo lo son en el concepto distorsionado de amistad que aplican algunas redes.
  • Y muchos más temas que sugieren múltiples conversaciones: el suicidio, los límites, la libertad en la orientación sexual, la prudencia, el ocio, las normas…

Desde luego, para trabajar la competencia lectora en asignaturas como TIC me parece idóneo.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Diez cosas a recordar cuando termina el curso

  1. Es bueno recordar las expectativas que tenía para este curso y comprobar, un año más, cómo la vida nos sorprende y nos respeta los planes lo justo. Una gran enseñanza para aquellos que piensan que un profe puede ser esclavo de una programación.
  2. Las ideas que tengo sobre mí mismo, sobre lo que soy y no soy capaz de hacer, a menudo son equivocadas. Mi experiencia con los pequeños ha confirmado que cuando uno da lo mejor de sí y lo prepara con gusto, las cosas suelen salir bien y los niños y niñas te lo agradecen.
  3. Es bueno hacer el tonto y tomarse la vida en la escuela con humor. Ir con una sonrisa puesta todo el día desactiva tensiones y cautiva corazones.
  4. Las familias son imprescindibles en la tarea de cualquier escuela. Trabajar con los padres y madres, es trabajar para los niños. ¡Hay tanto que pueden ofrecer! Romper barreras y buscar espacios de encuentro se presenta como una de las grandes innovaciones educativas.
  5. A las personas nos gusta que nos pregunten cómo estamos y que se interesen y valoren nuestro trabajo y nuestra vida. Un claustro que respira familia es un grupo humano que educa, evangeliza y transmite sin más. Dime cómo se trata un claustro y te diré cómo es la educación impartida.
  6. Todos tenemos algo en lo que destacamos. Descubrirlo y potenciarlo en los niños es tarea de todo docente y descubrirlo y potenciarlo en cada maestro es tarea de todo equipo directivo. No podemos permitirnos el lujo de ir tirando.
  7. En la escuela se asumen riesgos y cuando uno arriesga, a veces se equivoca. Está bien arriesgar. Y está bien corregir. Y está bien repensar para hacer las cosas mejor. Está mal no dar espacio a asumir riesgos. Está mal no corregir los errores. Y está mal la soberbia de que quién no acepta ser corregido.
  8. El centro de la escuela son los alumnos y su aprendizaje. Todo debe ir en función de lo que es mejor para ellos. Hacerles protagonistas no es algo que sólo se escribe en el papel, sino que lo más difícil es hacerlo vida. Es contar con el alumnado para mucho más de lo que lo hacemos ahora.
  9. Una escuela tiene vocación de puertas abiertas, de ser núcleo de cambio, espacio de encuentro, parque de juegos, fortín de la sabiduría. No tengamos miedo a multiplicar la escuela y a convertirla en auténtico centro neurálgico del barrio. Una escuela que no transforma la realidad no sirve para casi nada.
  10. Para los que somos creyentes, es posible vivir en la escuela la Buena Noticia del Evangelio. La escuela es lugar privilegiado para el amor y el amor es Jesús mismo. Si Jesús está en medio del patio, si vive en cada aula, si asiste a cada claustro, si llena el corazón de los que hacemos vida en la escuela… habremos sembrado la semilla correcta.

El evangelio del maestro (Mt 5,43-48)

A un maestro le viene muy bien leer el evangelio de hoy de vez en cuando. Porque estamos llamados a ser como Dios en el aula, a dar amor a todos, a querer a todos, a cuidar a todos, a sanar a todos, a educar a todos; como el sol, que sale para buenos y malos o la lluvia, que cae sobre justos e injustos. Así es el amor de Dios y así debe ser el amor de maestro.

Esto no es fácil. Lo que nos pide Jesús es dar más allá de lo esperado. Evidentemente. Es una vueltecita de tuerca. Es ser transformadores de la realidad y no meros repetidores de lo que nos encontramos. Estamos llamados a dedicarle más tiempo al que menos ganas tiene, a rezar más por el alumno que nos complica más, a buscar más a aquel que parece querer deshacerse de nosotros. Es una proporcionalidad inversa la que nos plantea el Señor. A menos, más. Bien pensado es la única manera de cambiar las cosas.

Nuestros alumnos deben ser mirados con la misericordia con la que Jesús miraba a aquellos que acudían a Él por los caminos de Galilea. Nuestros alumnos deben ser buscados como la mujer que, acudiendo al pozo un día, se topó con un Jesús que la estaba esperando. Nuestros alumnos deben saberse dignos de participar en «nuestra mesa» hagan lo que hagan, pese a todo. Ese amor será el motor que cambie sus vidas verdaderamente y, además, la semilla mayor de evangelización en sus corazones alejados.

¿Lo dudas? Pongámoslo en práctica.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Una oración para terminar el curso

Hoy hemos terminado la Oración Continua de este curso con Infantil y con 1º de Primaria. Ha sido una oración bonita donde hemos intentado poner delante de Jesús lo mejor del año y los sentimientos de alegría que hemos ido compartiendo todos estos meses a su lado.

  • Como cada día, los niños entraron al oratorio de uno en uno e hicieron un saludo delante del sagrario, antes de sentarse. La música estaba sonando y, en este caso, tras la festividad de Pentecostés, la letra de la canción nos invitaba a ello. Podéis encontrarla en este enlace. Entrar con alegría al lugar donde se van a encontrar con Jesús y con el Espíritu me parece fundamental.
  • Les di la bienvenida y, como siempre, dedicamos unos minutos a compartir la vida de la última semana. Algunos tuvieron Primeras Comuniones, otros hicieron planes con sus planes, otro se hizo una herida. Poner la vida delante de Jesús y compartirla es parte ya de un hacer presente a Jesús en la vida de cada uno. En la comunidad que comparte y escucha, que acoge y cuida al otro, se hace presente Jesús.
  • Luego les pedí que nos pusiéramos los espejos retrovisores. Hicimos un pequeño juego para ello. La idea era mirar atrás y recordar lo vivido en la Oración Continua este pasado curso. Sesiones, momentos, aprendizajes, sentimientos… Les dejé unos minutos en silencio para recordar y luego les repartí papel y lápiz para que cada uno escribiera o dibujara lo que más le había gustado del año. Con eso, daríamos luego gracias al Señor. Y ahí estuvieron unos minutos.
  • Cuando todos lo tuvieron listo, hicimos silencio y nos dispusimos a escuchar la acción de gracias de cada uno. Unos dieron gracias por lo que habían aprendido de Jesús, otros por las canciones que habíamos cantado, otros por el día que usamos PlayMobil para rezar, otros por la ofrenda floral a María en este mes de mayo, otros por el día que utilizamos el agua como símbolo… y así fueron pasando de uno en uno.
  • Yo di gracias también por ellos. Por haber podido compartir esos meses con ellos la oración de cada semana. Y quise despedirme dándoles un abrazo a cada uno. Un abrazo que significa mucho, entre otras cosas la acogida de un Dios que les quiere y les mima.
  • Terminamos con el canto del río que tanto les gusta y rezando el «A tu amparo» a María.

Ojalá el Señor haga crecer en ellos los frutos que este año se han plantado en sus corazones, para que sean felices y buenos con el mundo que les rodea.

Un abrazo fraterno

La paternidad populista, los papás referéndum

Existen. Son los «papás referéndum». Los que le preguntan todo al niño y además aceptan la respuesta como vinculante. «Que opine el pueblo» dicen de paredes adentro y afuera de sus casas. El pueblo puede ser un niño, o dos, generalmente pequeños, que cursan Infantil o Primaria. En Secundaria, sencillamente, los «papás referéndum» se han convertido en los «papás pyongyang», viven bajo los efectos de una auténtica dictadura.

Lo mejor de los «papá referéndum» es que se creen auténticos educadores, defensores de los niños. Ni Don Bosco, ni Calasanz, ni los payasos de la tele, ni la Patrulla Canina han hecho tanto por ellos. «El niño nos ha pedido ir al Burguer para su cumpleaños» te cuentan para justificar la macrofiesta cumpleañera de su hijo o hija de 6 años. Y ellos, que acatan el mandato popular, obedecen. Te dirán que no, que no es por eso, que el plan tiene innumerables ventajas… pero no te convencerán, porque en ese momento su hijo, mientras habláis de lo del cumple, le tirará el plátano a la cabeza porque quería Nocilla para merendar.

Los «papá referéndum» han decidido desaparecer como educadores. Han decidido que el centro sea su hijo, para que este crezca feliz y querido. El deseo es bonito y romántico. Pero parte de una premisa errónea. El niño, si quiere aprender y crecer y ser persona, necesita situarse en la periferia para mirar a un centro donde están sus padres, sus profesores y todo aquel del que deba aprender. Los niños que son el centro sólo saben mirarse el ombligo. Y, como es natural, el ombligo crece tanto que cuando tienen 13, 14 o 15 años… se han convertido en auténticos ególatras, sin tener ellos la culpa.

Los «papá referéndum» llevan muy mal que su hijo tenga un disgusto. Por eso le hacen los deberes, si faltan a clase son ellos los que se encargan de que los amiguitos se los manden, cuestionan a todo aquel que hace pasar a su hijo un mal rato, le preguntan dónde ir de vacaciones e incluso aceptan que sea él, el mico de cuatro años, el que elija el nombre que su hermana va a llevar el resto de sus días. Muchos son «followers» de muchas cuentas educativas, son innovadores y técnicamente capaces… pero no tienen claro ni cuándo pegar un grito. Ellos nunca gritan, aunque permiten que su hijo les grite a ellos o a los abuelos. Son los que dejan que el niño elija el sitio de la mesa de Navidad donde sentarse, los abuelos ya se adaptarán… «ay mamá, qué más dará, si el niño quiere sentarse ahí, déjale»… Son los que son incapaces de castigar, porque son muy comprensivos, benévolos y misericordiosos. No ponen límites, aunque viven limitados cada día más. Sus hijos, muchas veces, sacan dieces pero son insoportables porque no tienen ni idea de respetar a los demás. Hablan idiomas pero no enseñan a escuchar.

Los «papá referéndum» son hijos de la democracia aunque están acabando con ella a base de practicar el populismo casero. El «niño pueblo» manda, aunque sus decisiones los lleven a la catástrofe.

Nueva catequesis para nuevas familias

Llevamos ya dos años de apuesta en nuestra querida Provincia Betania, donde escolapios y laicos estamos empujando hacia el horizonte marcado por nuestro nuevo proyecto marco de pastoral. El Proyecto Arjé es un intento de responder, como así nos invita el Papa Francisco, a los nuevos tiempos, a una nueva sociedad, a unos niños y jóvenes nuevos, a unas familias nuevas. El reto, sin duda, está en traducir una Buena Noticia que llega con Jesucristo hace más de 2000 años y presentarla hoy, con los lenguajes de hoy, como una invitación real a una vida mejor y más feliz.

Los grupos Belén forman una de las apuestas más potentes del proyecto. Difícil de definirlos. Vamos a decir, para entendernos, que son el primer paso, la primera etapa, de un camino de crecimiento personal y en la fe. Lugares de encuentro con niños y familias de la etapa Infantil y de los dos primeros años de Primaria, donde, en muchos casos, se produce un primer anuncio y donde, en otros casos, se experimenta una nueva manera de acercarse a Jesús y a la Iglesia.

  • La primera clave es la convocatoria que se realiza a toda la familia. No se trata, porque en estas edades no sería posible, de que vengan los niños y niñas a catequesis o a sus grupos de fe. Se trata de que vengan ellos y su madre, su padre o, en el mejor de los casos ambos. Esta convocatoria a todos es uno de los aspectos más valorados. No hay tantos ratos ni tantas ofertas donde las familias puedan encontrarse juntas y donde puedan tener un momento que deje contentos a todos. Y menos cuando los niños tienen entre 3 y 7 años.
  • La segunda clave es el planteamiento de las sesiones. No es una escuela de padres, aunque en el grupo los padres aprenden. No es un grupo de catequesis, aunque también se habla de Dios y se ora. No es una reunión de padres, aunque salen temas de cole. Y no es una reunión para niños, aunque tienen sus momentos y sus actividades propias. Y tampoco es un espacio sólo para adultos, ya que los niños participan y, muchas veces, lo hacen junto a sus padres. Son un lugar de encuentro, de compartir, donde siempre hay una experiencia que nos hace aprender haciendo, como diría un muy buen amigo profesor de nuestro colegio de A Coruña.
  • La tercera clave es el cuidado y el mimo con el que se preparan los detalles. Se elige el espacio adecuado en el cole. Se disponen las sillas de la forma adecuada. Se prepara todo para que esté listo cuando lleguen las familias. Se cuida la ambientación y la decoración. Y normalmente hay música que invita a entrar. Porque el cuidado y la belleza trasmiten mucho más, a veces, que grandes discursos. Porque somos seres humanos y tenemos nuestros sentidos para entrar en relación. Necesitamos ver y oír y oler y acariciar y saborear.
  • La cuarta clave es un equipo de personas volcado con el proyecto. Profesores involucrados, religiosos, laicos… personas que creen en lo que hacen, abiertas, dispuestas a abrir las puertas a las familias de sus niños, dispuestas a hablar y a compartir con ellas fuera del ámbito más académico. Y el camino nos demuestra que, a mayor trecho andado, mayor la tranquilidad y la satisfacción.

Hoy hemos tenido la última sesión del curso. Hemos evaluado. hemos compartido lo que ha significado el grupo para la vida colegial, familiar… Hemos rezado juntos, con sencillez, y hemos escuchado de boca de los participantes que esta manera de hacer escuela y de hacer Iglesia, tejiendo una auténtica red de cariño y confianza, vale la pena.

No sabemos cuáles serán los frutos a largo plazo de este trabajo. Ojalá sean muchos. Todavía tenemos que esperar unos cuantos años. Dios dirá. Pero hasta ahora, lo andado, ya ha valido la pena. Por muchos años más.

Un abrazo fraterno

¡Nueva página web!

Esto que estás viendo es un proyecto personal que viene de lejos, una idea que, por fin, se hace realidad.

Convencido de que internet es un lugar en el que hay que estar, y pensando la mejor manera de hacerlo, he decidido dar este paso con el objetivo de centralizar en un solo lugar todo lo que llevo años aportando y todo lo que está por venir. Creo que una de las maravillas de este mundo que nos ha tocado vivir es esta cultura del «sharing» que nos posibilite poner a disposición de todos aquello que pensamos, que vivimos, que creamos… ¿Para venderse? No. Al menos no en mi caso. El fundamento es una disposición real a relacionarme con todo el que quiera pasarse por aquí. Ofrecer mis opiniones, mis sentimientos, mis proyectos, mis escritos, mis reflexiones y entrar en conversación. Y si simplemente quieres mirar, o coger… pues todo tuyo.

Ojalá este lugar sea de tu agrado. Ojalá respires un poquito de alegría, de confianza, de optimismo. Si es así, me conformo. Estamos en contacto.