Deseé tus mandamientos (Salmo 118)

El salmo 118 es, no tengo el dato, uno de los más largos o el más largo. En comunidad hemos leído los primeros 50 versículos y la sucesión de verbos es importante, dándole al salmo un ritmo frenético de acción descontrolada. Me cuesta un poco interiorizarlo pero me quedo con la filosofía de fondo que se concreta en una palabra: DESEO.

El DESEO es el origen de muchas de nuestra acciones, de nuestros pensamientos… Es el principio del mundo que queremos y de la vida que ponemos en juego para conseguirlo. Sin DESEO tal vez nada pueda llevarse a cabo. Muchas veces ha sido mal visto o despreciado cuando es el fundamento, la base… de muchas cosas.

Yo DESEO ser bueno. DESEO ser fiel a Dios. DESEO hacer voluntad. DESEO no perderme. DESEO responder a su llamada. DESEO ser feliz y valioso a sus ojos. DESEO seguir caminando y seguir creciendo.

Un abrazo fraterno

Lo coronaste de gloria y dignidad (Salmo 8)

Hoy no he leído la Palabra. He hecho mi oración con este vídeo, sumido en las lágrimas emocionadas de sentir a Dios cerca, presente en cada verso, en cada rima, en cada tono de Alterio.

Hoy mi oración es para ti. Una acción de gracias, emocionada. Porque eres bella, porque tienes gracia ante Dios. Porque eres una de sus obras perfectas.

Por eso hoy esta oración. Porque estamos en Pascua. Porque es hermosura pura. Porque nos ha coronado de tal gloria y tal dignidad… que somos capaces de escribir poemas como estos, leerlos de esta manera sublime y llorar con ellos, como yo, como tú.

Un abrazo fraterno

Por eso no me quedaba confundido (Isaías 50, 4-9) – Miércoles Santo 2012

No es sencillo vivir. Como yo siempre digo: «la vida tiende a complicarse a medida que avanza». Nada es más sencillo que antes. Las dificultades se van sumando y a veces uno no sabe muy bien cómo afrontarlas.

Ser cristiano tampoco es fácil. Jesús nos enseñó que los dones recibidos son para gastar, para entregar, para ponerlos al servicios. Hay que vivir una vida, ya de por sí complicada para uno, dedicada al otro. ¡Buuuuuuuffffffffff!

Y aún encima siempre tienes a alguien alrededor al que todo esto le parece una memez, al que no le gusta cómo lo haces, al que se muere de envidia por lo que has conseguido, al que no le sirve lo que le das, al que tu fe le parece objeto de ataque, al que Dios se la trae al pairo…

¿Cómo es posible que yo viva así, o lo intente al menos, sin morir en el intento? Sólo hay una respuesta: EL SEÑOR ME AYUDA. POR ESO NO ME QUEDO CONFUNDIDO.

Un abrazo fraterno

En viento y en nada he gastado mis fuerzas (Isaías 49, 1-6) – Martes Santo 2012

«En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios.

Mi mujer me comentaba hoy que se agobiaba pensando en tener que buscar trabajo de nuevo en breve. Su contrato expira a finales de abril y no va a ser renovado por los recortes sufridos en la entidad en la que actualmente trabaja. Y, ciertamente, la situación con uno de los dos en desempleo es insegura.

Creo que nos hemos acostumbrado a vivir con tal nivel de seguridades y certezas que nos ha sido muy complicado llevar a la vida lo de «el pan nuestro de CADA DÍA» y lo de «CADA DÍA tiene su afán». Hemos perdido hace tiempo la experiencia de poder cubrir las necesidades diarias y la hemos ido sustitutendo por una existencia asegurada a todo riesgo. Y ahora la preocupación es lógica. Y tiene sentido. Y la situación es preocupante, no quiero rebajarle gravedad.

Pero me encuentro con esta lectura de Isaías y recibo la caricia de un Dios que me conoce, que me protege, que me cuida; en cuya voluntad debo poner todas mis esperanzas.

La vida, sin duda, se presenta por momentos llena de dureza y obstáculos. No nos queda más que sortearlos y afrontarlos. Abiertos a los cambios. Decididos a llegar a la cumbre. Con la ayuda de Dios, lo conseguiremos.

Un abrazo fraterno

El pacto (Génesis 17,3-9) – Jueves V de Cuaresma

En medio de las conversaciones para ver quién gobernará en Asturias y en Andalucía, y después de una jornada de huelga general, me encuentro el VERDADERO PACTO. El pacto de Dios conmigo.

Dios es un tipo extraño, permitidme las confianzas. No se ha pedido ni la Presidencia, ni Educación, ni Urbanismo, ni Sanidad… No ha pedido la independencia fiscal ni el AVE a sus capitales de provincia… Ha pactado POR AMOR, CON AMOR, DESDE EL AMOR. He aquí la auténtica revolución que haría del mundo un lugar mucho más justo y pacífico. Dar sin pedir a cambio. Amar hasta el extremo.

Me voy a la cama convencido de que es así cómo empiezan las revoluciones que cambian el mundo a mejor: desde uno mismo, dándose.

Un abrazo fraterno

¿Por qué nos has sacado de Egipto? (Números 21,4-9) – Martes V de Cuaresma

Hoy hablaba con una amiga de cómo entiendo yo que hay que vivir la vida. Siempre entendí que la vida es de los valientes, de los que juegan al ataque, de los van a ganar y jugando bonito. Hay que arriesgar. Y salir del Egipto particular de cada uno.

Mi Egipto particular es mi realidad actual cotidiana. No me plenifica, no me llena, me esclaviza… pero es lo que conozco y ya me he acostumbrado a ello. Me quejo, me revuelvo pero no hago nada por cambiarlo. Dejar ese Egipto atrás no es tan fácil porque, aunque el destino nuevo sea mejor y prometedor, el camino no es sencillo. Pero es el precio a pagar por la auténtica felicidad, por la verdadera liberación.

Quedarse en Egipto es de cobardes. Así de claro.

Un abrazo fraterno

Hacer tu voluntad (Salmo 39) – Lunes V de Cuaresma

La verdad es que se me hace un poco raro celebrar y leer las lecturas de la Anunciación en plena cuaresma. Es como si me quitaran el sitio y lo cierto es que no he conseguido hacer oración desde la Palabra como otros dias. Sí me quedo con el Salmo, precioso y, para mi, balsámico, una vez más.

Intento vivir atento a la voluntad del Señor para hacerla. Intento mostrarme disponible a sus mandatos y construir aquello que me pide en el lugar donde le es preciso. Él, mientras, es roca que me sostiene.

Un abrazo fraterno

Corazón endurecido (Sabiduría 2,1a.12-22) – Viernes IV de Cuaresma

El corazón se endurece a menos de que uno esté por la labor de mantenerlo esponjoso y flexible. Cuando uno deja de ejercitarse en el amor, el músculo del corazón se pone duro y luego, cuando llega el momento de amar, no responde a las expectativas. Se queda pronto sin oxígeno y no permite hacer lo necesario para llegar a buen puerto. Por eso hay que amar mucho todos los días.

Hay que empezar por amar a Dios a diario. Por cuidar la oración. Dialogar con Él, ponerlo en el centro y dedicarle un tiempo. Hay que seguir con nuestro prójimo más cercano: nuestra familia, las personas que nos rodean, nuestros amigos, aquellos que necesitan de nuestro cariño aunque nosotros pensemos que no se lo merecen… Y luego hay que mirarse y quererse también, aceptarse como uno es y descubrir la huella de Dios que nos creó.

Hay que estar en forma!!! Un abrazo fraterno

Por eso no tememos (Salmo 45) – Martes IV de Cuaresma

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar. R.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora. R.

Precioso salmo que me infunde esperanza y paz. Yo vivo con Dios en medio. Dios cuenta en mi vida. Dios está en mis decisiones, en mis opciones, en mis pilares, en mis tiempos, en mis compromisos, en mi familia…

Un paso más en el aprendizaje de vivir descansando en el Padre…

Un abrazo fraterno

Caminaban según sus ideas (Jeremías 7,23-28) – Jueves III de Cuaresma

Pertenecer a la Iglesia es un regalo, una responsabilidad y, a veces, un fastidio. Como en cualquier familia que se precie. Yo no siempre comparto lo que se vive, lo que se predica… A veces siento que, en conciencia, debo ser fiel a aquello que pienso y siento. Y lo hago con la certeza de que me dirige el Espíritu y el amor.

Pero también pienso muchas veces, y hoy me lo recuerda la lectura de Jeremías, que es muy difícil mantenerse en la Iglesia y en la fidelidad al Señor yendo por libre y no teniendo en cuenta lo que los pastores tienen que decirnos. Es fácil equivocarse, es fácil desviarse, es fácil sucumbir a lo que se lleva en el tiempo que a uno le ha tocado vivir…

Por eso creo que ambas posturas y actitudes son necesarias y deben ser manejadas desde la oración y el recogimiento. Desde el amor. Desde la humildad. Desde la valentía.

Un abrazo fraterno