La verdadera batalla #extiendeelbrazo

Me gusta ver a Jesús enfrentarse a aquello que le están esperando con el cuchillo bajo el brazo. Me gusta verlo porque me enseña dónde y cómo se luchan las verdaderas batallas. Jesús no entra en discusión ni en debate. No argumenta ni ironiza. Simplemente pone delante la vida frente a la muerte y muestra la cara de Dios, la verdad de su Espíritu: la ley nunca va contra la vida. Todo lo demás es enredo humano.

Ojalá yo aprenda a afrontar las verdaderas batallas al estilo de Jesús. Arriesgado, directo, vital y poco polémico. La acción de Jesús no polemiza sino que confronta. Ojalá yo sepa hacer lo mismo con mis acciones.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

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La experiencia de la abundancia #seguimiento

¿Por qué seguir empeñados en caminar la senda del sacrificio, del esfuerzo, de la negación, de la privación? Pedro descubre a Jesús en la abundancia, en la barca llena, en el milagro sorprendente. Pedro es desbordado por el amor sin límites de Jesús, que pasa por encima de sus prejuicios, sus limitaciones, sus defectos, sus trampas, sus heridas.

Mira tu vida. ¿Dónde ha habido abundancia de amor, de felicidad, de ternura, de generosidad, de sorpresa? Allí, allí estaba Jesús.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

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El mejor analgésico #bajalafiebre

Fiebre alta. Eso tenía la suegra de Pedro y eso tengo yo muchas veces. Me sube la temperatura y me genera un malestar que me aleja de la mejor versión de mí mismo. La fiebre alta me hace percibir la realidad de manera distorsionada y, a la vez, me hace sentir tan mal que es fácil que se enquiste un estado de pobreza espiritual.

Hay que acudir a Cristo. Él baja la fiebre y nos devuelve a un estado de salud mental, física y espiritual; nos devuelve la capacidad de ponernos de pie y seguir sirviendo a los demás, que para eso estamos.

Jesús, tú eres el mejor analgésico.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

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Reacciones airadas #prejuicios

A mí no me sienta bien que me digan aquello que hago mal, aquello en lo que no soy coherente con lo que creo o predico. Me siento mal y suelo reaccionar a la defensiva. LO mismo le sucedió al pueblo de Nazaret que, reunido en la sinagoga, tiene que escuchar como uno de sus vecinos, el hijo de José, les canta las cuarenta por sus prejuicios.

La reacción habla mucho de lo que lleva el corazón. Una reacción airada que habla de orgullo y de poca humildad. Yo la comparto tantas veces… Posiblemente porque creo que soy irreprochable a los ojos de Dios, sin percatarme muchas veces de la razón de mi mujer, de mis hijos, de mis padres… cuando me cuestionan tantas cosas.

Señor, hazme humilde y permíteme escucharte y amarte mejor.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

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El Evangelio y Wall Street #talentos

Cualquier que lea el Evangelio de hoy pensará que está delante de la crónica económica de alguna tertulia radiofónica de la actualidad. Porque, al fin y al cabo, Jesús nos habla de inversión. Hay que invertir con los bienes que nos han sido dados. Ni más ni menos. ¿El objetivo? Multiplicar los beneficios. Este Jesús… todo un tiburón del Wall Street celestial.

El mayor enemigo es el miedo. La inversión sino implica riesgo. Se puede perder. El miedo puede acabar con todo y llevarnos a meternos en casa y guardar bajo llave lo que nos ha sido nada. ¿Problema? Que esos bienes no han servido absolutamente para nada. El miedo y el egoísmo, un tanto disfrazado, van muy de la mano.

Señor, aleja mi miedo y dame fuerza y valentía para seguir invirtiendo con mis talentos. Y con los beneficios sean muchos… para muchos…

Un abrazo fraterno – @scasanovam

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Doncellas prudentes #aceite

Yo también espero al Señor. Cada día sigo preguntándome qué quiere de mí, qué me tiene preparado, cuáles son sus caminos… Cada mañana, al ver el mundo, no reconozco la realidad del salmo de hoy, donde la alegría reina en un mundo lleno de Dios y de su paz y prosperidad. Yo también espero al Señor, como las doncellas del Evangelio.

Esperarle ya es bastante, en un mundo cansado de esperar. La sociedad de la wifi, de la fibra, de la conectividad, de la fast-food, de los trenes de alta velocidad y las autopistas interminables… ya no sabe lo que se cuece en un tiempo de espera. Ese tiempo, más bien, es despreciado. Pero no llega con esperarle.

Ese aceite, tal vez, sea la oración, la frecuencia de los sacramentos, la vida comunitaria, una vida al servicio de los demás. Porque la espera, si finalmente no lleva al encuentro, sí que no tiene sentido. Es el mayor de los sinsentidos.

Hoy comienza el nuevo curso y no quiero quedarme sin aceite. Tomo nota.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Sanos y enfermos #sígueme

Leyendo el Evangelio, uno tiene la tentación de dividir el mundo en sanos y enfermos. Esto tiene un problema evidente, el mismo que surge siempre que planteamos la vida en dos caminos excluyentes. No pega con Jesús esto. Lo primero es que yo no sabría bien cómo posicionarme porque si bien reconozco de mi «enfermedad» y mi «necesidad de curación», también descubro aspectos, actitudes, etc. sanas en mi vida.

Por tanto, lo que la Palabra me dice hoy no es que el mundo esté dividido en sanos y enfermos sino que todos tenemos un porcentaje de ambas realidades. Jesús viene a mí, a ti, a cada uno, a curar nuestra parte enferma, nuestra herida, nuestra oscuridad. Sabe que está ahí la sed, la mediocridad, el dolor…

Yo te abro las puertas, Señor. Necesito que me cures. Reconozco mi daño, que no me deja vivir bien. Cúrame para poder seguirte de manera adecuada.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

El pecado que me paraliza #perdón

Un paralítico postrado en una camilla… Jesús se acerca y le perdona.

Imagen preciosa con la que empatizo claramente y en la que me veo reflejado sin duda. ¡Qué difícil es caminar cuando uno se ha apartado de Dios y de lo mejor de sí mismo, cuando ha tomado decisiones equivocadas y se ha olvidado de su vocación, de su responsabilidad, del amor! La vida se torna oscura, el camino dura, las piernas flaquean, la ilusión mengua, la fuerza desaparece y uno, aunque de manera metafórica, acaba «no saliendo de la cama», incapacitado para dar un paso más.

El perdón es el soplo revitalizador, el reconstituyente más eficaz. Saber que pese a todo lo anterior, se sigue confiando en uno, uno sigue siendo querido y amado, uno sigue siendo esperado… La luz se abre paso entonces y las fuerzas se recobran, aunque tambaleantes. Es posible seguir. Es posible volver.

Señor, perdóname cuando te tuerzo la mirada, cuando apuesto por la oscura tiniebla y rechazo el fulgor de la luz. Quiero seguir caminando.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Mucho cerdo para tanta perla #túlovales

Cerdos. Perlas.

También tú estás hecho, hecha, a imagen y semejanza de Dios; aunque no te enteres, aunque sigas mendigando amor, aunque sigas aspirando a las migajas de otros, aunque seas capaz de venderte a cualquiera.

¿Me preguntas que es pecado? Esto. ¿Me preguntas que entristece más a Dios? Verte así. Rodeado, rodeada, de cerdos embarrando las perlas que un día te fueron dadas.

Vuelve a casa. No te conformes. Alguien te limpiará, te curará, te abrazará, te vestirá con sus mejores galas y te ofrecerá el mejor banquete. La hora del amor ha llegado para ti,

Un abrazo fraterno – @scasanovam

 

Buscadores de amor #laviuda

Era mujer, y viuda, y pobre, y aún así Jesús puso su foco en ella y la puso como modelo de seguimiento. Y con esto quitó el foco de aquellos que se lo habían puesto a ellos mismos, aquellos que compraban su salvación dejando a Dios como títere celestial.

Es esperanzador y consolador descubrir cómo Jesús mira a aquel, a aquella, a quién nadie mira; pone en el centro a aquel, a aquella, que todos sitúan fuera. Y su único criterio para ello es el amor. Jesús, y el cristiano, debe ser un magnífico «buscador de amor», alguien capaz de percibir cualquier resquicio de bondad en el otro, de vida entregada, por más pequeña y precaria que sea esta.

Como la viuda, yo soy mirado por Jesús aún en mi pequeñez cuando amo, cuando amo lo que puedo amar.

Un abrazo fraterno – @scasanovam