La alegría de ir (Sal 121)
Hoy es uno de esos días que leo las lecturas y no me dicen nada. No sé si es que son muy difíciles o si yo estoy muy árido, o despistado, o frío, o distante. El caso es que me agarro como a un clavo ardiendo a la alegría del viaje que nos propone el salmo.
La vida es un viaje hacia Dios que hay que hacer con alegría. Está, como todo viaje de ida, lleno de deseo y de ilusión por llegar al destino. A veces se hace largo. Parece que no vamos a llegar nunca. El secreto está en disfrutar también del trayecto, en considerar al trayecto parte del destino.
Alegría quiero, Señor. Alegría para no sucumbir a mi desánimo, a mi desaliento, a mi confusión.
Un abrazo fraterno – @scasanovam
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